¿Podrías contarnos qué es lo que más te gusta de tu experiencia vendiendo en otros países?

Lo que más me gusta de mi trabajo es la oportunidad de conocer y entender diferentes culturas y mercados. Cada país tiene sus propias particularidades y desafíos, lo que hace que mi trabajo sea muy dinámico e interesante.

¿Podrías darnos un ejemplo de cómo una diferencia cultural ha influido en tu estrategia de ventas?

Claro. Por ejemplo, en algunos países asiáticos, las relaciones y la confianza son fundamentales para hacer negocios. Esto significa que, en lugar de ir directamente al grano en las reuniones de ventas, es crucial dedicar tiempo a construir una relación personal con los clientes. En cambio, en otros lugares como Europa, la eficiencia y la rapidez son muy valoradas, por lo que es importante ser directo y presentar de manera concisa los beneficios de nuestros productos o servicios.

¿Hay algún país en particular donde hayas disfrutado especialmente trabajando?

Sí, he disfrutado mucho trabajando en Japón. La atención al detalle y el compromiso con la calidad que tienen los japoneses es impresionante. Además, la manera en que valoran las relaciones a largo plazo coincide mucho con mi enfoque personal y profesional. Fue un reto aprender a adaptarme a sus expectativas, pero también fue extremadamente gratificante cuando vimos los resultados positivos de nuestro trabajo allí.

¿Cómo te preparas para enfrentarte a tantas culturas diferentes?

Hago mucha investigación antes de viajar a un nuevo país. Esto incluye estudiar las costumbres locales, la economía, las tendencias del mercado y, muy importante, el estilo de comunicación. También trato de aprender algunas frases básicas en el idioma local, lo que siempre es apreciado y muestra respeto por la cultura del cliente. Suelo tener una relación directa con el distribuidor de dicho país, lo que me ayuda a la hora de visitarlos.

¿Qué consejo le darías a alguien que está comenzando una carrera en ventas internacionales?

Mi consejo sería estar siempre abierto a aprender y ser flexible. Cada mercado es único y lo que funciona en un lugar puede no ser efectivo en otro. También es crucial desarrollar habilidades de comunicación intercultural y tener una actitud respetuosa hacia las diferencias culturales. Finalmente, la paciencia y la perseverancia son clave; construir relaciones sólidas y comprender verdaderamente un nuevo mercado lleva tiempo, pero los resultados valen la pena.